domingo, 21 de noviembre de 2010

Vandalismo en los cementerios

Hace unos días decidí comprar un periódico extranjero, más concretamente uno francés. Mi sorpresa fue enorme cuando en el interior del mismo leía una noticia que hablaba sobre el aumento de los delitos vandálicos en los cementerios.
Desde principios de año, ciertos grupos de jóvenes se dedican los fines de semana, con lo que comúnmente denominamos “nocturnidad y alevosía”, ha asaltar los cementerios. No se trata de ataques racistas ya que estos asaltos se dan en cementerios cristianos, judíos, musulmanes, etc. Se trata de ataques vandálicos realizados por jóvenes aburridos que se divierten destruyendo tumbas y nichos. ¿Cómo es posible que los jóvenes se diviertan con esto? Me parece algo increíble, de una falta de respeto ya no sólo a los muertos sino también a sus familiares, los cuales se ven impotentes a la par que dolidos.
Mientras escribo esta pequeña reflexión se me viene a la cabeza una noticia que vi en alguno de los telediarios durante los días previos al día de los difuntos. En España ha habido un aumento de los actos vandálicos en los cementerios con el fin de llevarse los marcos de oro amarillo que adornan los nichos y tumbas con sus fotos. En relación con lo ocurrido en Francia esto es diferente en el momento en el que en nuestro país vecino estos hechos son puramente con el objetivo de destruir la última morada de una persona mientras que los producidos aquí son meramente económicos. De lo que no se dan cuenta es que estos robos son más dolorosos de lo que se imaginan ya que cuando desaparecen esos pequeños objetos también lo hacen las fotografías que recordaban a esas personas y muchas veces esas fotos son únicas puesto que se trata de fotos antiguas y de muy difícil sustitución.
Volviendo al origen de esta reflexión ¿Qué se les pasa por la cabeza a esos jóvenes que en lugar de reunirse a bailar con los amigos, o a hacer cualquier otra cosa, se visten y salen a destruir cementerios? No me imagino que mis amigos se dedicasen a ello. ¿Dónde queda la libertad de culto y de religión? Ya no sólo tenemos que preocuparnos por la libertad de religión mientras estamos vivos sino que también una vez fallecidos al igual que del derecho a la propiedad privada.  Ahora me acuerdo y sobre todo coge sentido aquellas palabras que me decían cuando era pequeña y  se me ocurría hacer alguna trastada: “Niña, antes se tenía más respeto a las cosas y a los mayores”. La diferencia es que lo que hacía no era más que una chiquillada, una trastada sin hacer daño a nadie mientras que lo que hacen los jóvenes de hoy en día es un delito.  Qué triste resulta que tenga que hablar como una persona anciana cuando ni siquiera he llegado a los 30 años.

viernes, 5 de noviembre de 2010

Sin tregua

Dos zonas geográficas distintas unidas por el dolor. Este podría ser un titular en la prensa internacional o al menos en los periódicos españoles en su sección internacional, pero no, apenas se habla de la desgracia que se está viviendo en Haití y en Indonesia. Una vez más tenemos que hablar de las consecuencias de la furia de la naturaleza.
Haití está viviendo un brote de cólera tras la gran catástrofe que vivió tras aquel seísmo. En un primer momento todo el mundo se volcó en ayudarlos puesto que sus instituciones habían desaparecido junto a la mitad de su población. Los EEUU fueron los primeros en llegar y como no, fueron los que se apropiaron del aeropuerto con la escusa de organizarlo, y el resto del mundo les apoyó como pudieron pero ¿Y AHORA? ¿Quién se acuerda de ellos? La respuesta es sencilla: unos pocos voluntarios de unos determinados países. Principalmente médicos que en los últimos días se han visto desbordados por una epidemia de cólera, SI CÓLERA. El problema es que no tienen medios suficientes para hacer frente a esta epidemia: el tratamiento a seguir es sencillo, líquidos y antibióticos, desde luego algo sencillo pero que en un país sumido en la más estricta pobreza donde pocas personas tienen aseguradas la comida diaria esto es más complicado de lo que aparenta. Otra solución para que no se den más casos es la de las plantas potalizadoras  que a su vez son previsoras.

El otro país que está sufriendo un fenómeno de lo más anormal y de lo más doloroso es Indonesia. La isla de Sumatra volvió a ser sacudida con un tsunami que dejo la escalofriante cifra de 154 muertos y 400 desaparecidos, de momento. Tras este suceso, con apenas 24 horas de diferencia entró en erupción el Monte Merapi en la isla de Java, también dejando 28 muertos, pero los servicios de rescate temen que bajo los escombros cubiertos de ceniza pueda haber más víctimas mortales.  ¿Qué ayuda han recibido?

Que poco se habla de todo esto pero cuanto se está ablando de la muerte de nuestro gran amigo Paul, aquel molusco cefalópodo, que fue el único que creyó en nuestra selección de fútbol pero que tras el acierto de todas sus previsiones se convirtió  en un ídolo español. Qué triste es.  

Espero que algún día de estos todo esto cambie, y se le dé una mayor importancia a las cosas que de verdad importen.