Estamos en un momento en el que el prestigio de los políticos está más en duda que nunca. No hay un solo día en el que los periódicos no destapen un escándalo de corrupción, de tráfico de influencias, de evasión de impuestos, etc, que no estén involucrados como mínimo un político, sea cual sea su cargo. Por eso mismo quiero dedicar unas palabras de agradecimiento a uno de ellos, se trata del máximo responsable de la villa de Bilbao, el señor Azcuna. Se trata de un político chapado a la antigua que antepone el interés de la ciudad que gobierna, de la cual es la máxima autoridad, a sus propios intereses. ¿Cuántos políticos actuales pueden decir eso? Desgraciadamente no demasiados y cada vez va a peor.
Esta persona ha hecho por Bilbao lo que nunca nadie había hecho: ha confiado en las posibilidades que la villa tenía y sobre todo ha escuchado los deseos de los ciudadanos. Ha conseguido que esta ciudad aparezca en los mapas actuales como un lugar a visitar por todo lo que ofrece. Ha sabido dar un cambio a la ciudad de 180 grados transformando una de las mayores ciudades industriales en una ciudad de servicios donde grandes arquitectos están llevando a cabo su obra, donde las viejas fabricas se transforman en modernas viviendas, donde el cielo y el mar cada vez parecen más azules, donde el aire parece más puro, donde incluso hemos llegado a tener delfines. ¿Quién lo diría? Desde luego que todo ello hay que agradecérselo al señor Azcuna aunque también es obra de sus predecesores.
Hace muchas semanas se le otorgo a esta fantástica autoridad un prestigioso premio que desde hace varias ediciones recae en el. Me refiero al premio del ayuntamiento más transparente de España. Desde luego se trata del mejor y más importante de los premios que hoy en día se le puede otorgar a una institución pública. Por todo ello solo me cabe decir una cosa: GRACIAS POR TU TRABAJO, CONSTANCIA Y DEDICACIÓN POR HACER DE NUESTRA CIUDAD LO QUE ES HOY EN DÍA.
